Visitando los alrededores de Fenghuang

Una visita que no tenía en mis planes, pero que me resultó bastante safisfactoria fue el regreso a Fenghuang; esta vez, visitando sus alrededores. En esta ocasión no fui por libre; fue una visita organizada, gracias a los chicos de FCSA.

La visita se hizo en dos días, y aunque intensa, se logró descubrir un poco más acerca de la cultura del lugar.

Fengshuigu (风水谷): la primera parte del día la dedicamos a este parque, el cual tiene como atracción principal una gran cascada, de 100 mts de altura aproximadamente.

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La muralla china del sur (Miaojiang Great Wall): construida durante la dinastía Ming para proteger a los Han de los ataques de la etnia Miao, es una parte de la gran muralla que es desconocida por muchos (generalmente, la muralla más visitada es la que se encuentra cerca de Beijing).

En una parte de la muralla se encuentra el campo militar de Lahao, una antigua guarnición militar.

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Laojiazhai: Por la tarde nos desplazamos a un parking muy grande, en donde pasaríamos la noche; no sin antes pasar a cenar en una pequeña villa habitada por miembros de la etnia miao (de hecho, es considerada el corazón de la misma). Allí cenamos comida típica de la región, y pudimos disfrutar de un tipo de alcohol originario de la región, que para mi gusto, es de los mejores que he probado, el “mijiu” (alcohol de arroz o 米酒); de un sabor dulce, es un masaje al paladar, que se disfruta con cada sorbo.

Las mujeres de la etnia miao nos cantaron canciones de bienvenida, y con sorpresa, nos untaron una especie de barro negro en la cara (personalmente esta costumbre no me gustó, pero bueno…), se supone que muestra la buena voluntad de los miao, y ofrece suerte a los “embarrados” (llevaba una camiseta blanca, que quedó como canta Juanes, negra).

Despúes de cenar, nos dispusimos a disfrutar de la última actividad del día.

Shangjiang Miao Village: en este pequeño poblado, asistimos a un espectáculo llamado “historia miaozhai” (苗寨故事); en este espectáculo, se contaba la historia de los miao, la creación del alcohol de arroz, y finalmente, como no, de una historia de amor.

Al finalizar, se hizo una fogata, se bailó alrededor de ella, y para acabar regresamos al párquing para pasar la noche al aire libre.

Este fue un poco el momento de desmadre: se bebió cerveza, se intentó hacer vida social (que a mí me cuesta bastante) y se bebió bastante “mijiu”. Yo quería saber qué tipo de resaca producía este tipo de licor; para mi sorpresa, me levanté bastante bien. No obstante, varios de mis compañeros de viaje no corrieron con la misma suerte (entre vómitos y lamentos continuaron con el viaje). Creo que no bebí lo suficiente para poder hacer conclusiones al respecto.

Al día siguiente nos dirigimos a Fenghuang; en el hotel disfrutamos de un buen desayuno e hicimos el típico paseo en bote por el río Tuojiang, probamos de nuevo “mijiu” (los hay de diferentes tipos y de diferentes grados de alcohol) y ya por la tarde regresamos a Changsha.

Fue un fin de semana intenso, y agotador. Eso sí, me llevé una grata impresión. En mi primer viaje a Fenghuang, sólo me dedice a visitar la ciudad (que tampoco es muy grande), ignorando por completo su entorno, que para mi sorpresa, tiene bastantes tesoros por descubrir.

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