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wave gotik treffen (pequeña guía para principiantes)

Uno de las visitas que tenía pendientes desde hace mucho tiempo era la del Wave Gotik Treffen (mejor conocido como WGT), uno de los festivales gótico-alternativos más importantes de Europa, sino del mundo, que se celebra cada año en Leipzig.

El festival no es como los festivales de música convencionales que se celebran con varios escenarios en un mismo recinto, sino que los eventos están repartidos por toda la ciudad. Siendo primerizo, el primer contacto con el festival era para conocerlo y aprender los pormenores del mismo. Efectivamente allí, me di cuenta que era difícil asistir a todo, y que se necesita una buena planificación si se quieren ver los conciertos.

Para empezar, la entrada (que llega por correo después de hacer una transferencia bancaria en la web del festival)  se debe intercambiar en alguno de los sitios autorizados en la ciudad. Hay uno justo a la salida de la estación de tren (Hauptbahnhof), justo en el parque que está al frente y no tiene pérdida (la fila de gente gótica delante de él lo delata); además, junto con la pulsera se dan dos tipos de programa: el programa de conciertos y el programa de eventos culturales. También es importante saber que el transporte dentro de la ciudad está incluido con la entrada (la primera zona urbana).

Cuando buscaba información sobre el festival, notaba a faltar la claridad acerca de las distancias; estando allí pude comprobar que muchos de los escenarios se encuentran cerca del centro, y hasta donde pude ver, la ubicación más estratégica es precisamente por la zona, aunque el escenario principal se encuentra en el Agra Halle;  en este punto se encuentra el mercado medieval y la zona de camping. Aunque la distancia entre el centro y el Agra pueda espantar al principio, la línea 11 del tranvía se mantiene en constante funcionamiento, incluso por la noche (después de los conciertos, el tranvía pasaba cada 10, 15 minutos).

Tal vez el punto más importante del festival, es tener claros los grupos que se quieren ver, programar las rutas y ante todo disfrutar de los eventos que se pueden encontrar por casualidad. No sólo hay música, sino entrada libre a diferentes museos y reuniones que pueden resultar interesantes.

Para finalizar, si se asiste al Treffen no tanto por los grupos sino por el ambiente, es posible disfrutar del festival sin comprar la entrada (que son más de 100€); muchos de los asistentes no tenían la entrada y se lo estaban pasando igual de bien.

Por cierto, el tren desde el Hauptbahnhof hasta el aeropuerto es el S5 o el S5X; lo incluyo en mi crónica ya que tomé uno por equivocación y tuve que regresar desde el pueblo del costado a la estación de tren y volver a esperar el tren correcto. Una pista para saber si el tren es el correcto o no: las pantallas anuncian el tipo de tren (S1, S2…) y también al momento de comprar el tiquete de tren se informa del horario de salida (que por cierto, no cuesta más de 5 euros el trayecto).

Ja han arribat els problemes de l’edat

I m’he fet gran. Només puc arribar a aquesta conclusió després de passar per diferents proves, etapes, i decepcions vàries durant aquestes setmanes. Poden ser que aquells capricis que abans em feien gaudir com un boig, ara no els hi trobo tan de gust.

D’uns mesos ençà que trobo les discoteques plenes de canalla, on la música no acompanya i els DJ’s no són pas el que eren. Només espero l’estiu per poder gaudir dels festivals, i de festes tipus “Brunch in the Park” on la gent té un estil més semblant al meu. És a dir, gent més gran.

Fa poc vaig anar a una calçotada, i sentia que la gent parlava el meu idioma: feina, viatges, nens, escoles i pressupostos, vaja, tot un cúmul de temes que, traient el vi que teníem sobre la taula, seria un dinar perfecte del meu pare quan jo era petit.

M’he fet gran i encara porto frescos els records dels jocs de pati de la presó.. ¡perdó! De l’escola on feia el batxillerat. Continuo portant els mateixos dubtes existencials que portava durant aquella època; aleshores em consolava pensant: “quan sigui gran segurament ja es resoldran sols”. ¡quina ingenuïtat! Soc un postadolescent atrapat dintre d’un cos de gairebé 55 anys.

Ara que he fet aquesta reflexió, m’he adonat de moltes coses que em passaven i que el meu subconscient probablement ignorava per estalviar-me el mal d’ànima: la temptació de certa gent en cedir-me el seient al metro, l’expressió: “perdó senyor” quan et fan una empenta involuntària, o les mirades de les dones amb nens al supermercat. ¡si soc per elles un contemporani i no m’havia adonat fins ara!

La pitjor part resideix en la part musical: ja comencen tots els meus cantants favorits a morir i a caure com fulles a la tardor: Chester Bennington, Chris Cornell, George Michael, Michael Jackson… i per fer-hi més mal, ja no fa mesos sinó anys de les morts. Ho porto molt malament.

Intento treure-hi profit, tanmateix la situació no m’ajuda gaire. No obtinc descomptes per ser jove, ni tampoc per ser vell (perquè no hi arribo). Tot és pagar, pagar i pagar, sense descomptes i si és possible, amb recàrrec. I ja si comences a comparar-te amb gent amb menys edat que tu, que de llarg han aconseguit aquells somnis que en el teu cas s’han quedat a mitges, la respiració se’t fa més pesada, l’esquena pesa més i només et ve de gust tancar-te a la teva habitació (perquè ni tan sols amb casa pots comptar).

Vaig llegir, com qui no vol la cosa, una frase d’aquelles de positivisme que tant de fàstic fan:

“Els 30 són la vellesa de la joventut; els 40 són la joventut de la vellesa”; doncs moltes gràcies. Ara ja em sento millor per ser jove dintre del grup de persones que ja li veuen les orelles al llop.

Ho sé i en soc conscient; aquesta rabiola se’m passarà tan bon punt m’adoni que les marques a la cara que comencen a sortir-me, la minvada capacitat de fer segons quins exercicis al gimnàs, i els mals continus que ja comencen a manifestar-se de mica en mica després d’una jornada d’excessos, són les pautes d’una època que ja és aquí i que he de començar no només a acceptar-la, sinó també a gaudir-la. Potser és moment de fer un procés de catarsi i deixar anar els desitjos de voler encaixar en una generació que no és pas la meva. Aquesta nova generació de mòbils, xarxes i memes d’internet, on guanyen una fortuna fent no sé pas quines coses a no sé pas quina xarxa social (he hagut de buscar què collons era Tik-Tok, i aquesta és l’hora que no li trobo sentit).

Passats els minuts d’escriure aquesta tirallonga, segueixo mirant de reüll als nens de 25 anys, molt més alts i atractius del que jo vaig arribar a ser, i els envejo els somnis que encara posseeixen, no els somnis en concret, sinó el fet que encara creuen que es mantindran.  Ara, acabant el text, potser m’he adonat d’una qüestió: l’edat no depèn tant del número, sinó dels somnis que encara tens vius. És probable que m’hi hagi de fer un nou replantejament.

 

Una pequeña escapada a Nueva York

Nueva York es imposible conocerla en tan sólo 4 días, no sólo por la distancia, sino también por la cantidad de actividades, sitios y rincones que tiene esta metrópoli.

Aprovechando unos días de vacaciones, y como canta Mecano, tomé mi navaja de explorador y decidí pasar unos días allí. Intenté llevarme una pequeña muestra de cada sitio, pero el tiempo, el clima y el cansancio hicieron difícil cumplir este objetivo.

dia 1

La primera mañana la dediqué a uno de esos museos que siempre tienes en mente y que se debe visitar sí o sí, si te encanta conocer las diferentes culturas que este planeta ofrece.

Visitar el MET (The Metropolitan Museum) requiere un buen tiempo para poder apreciarlo como se merece. Desde las 10h hasta las 13h, se puede intentar abarcar este gran edificio, cargado de tesoros de todos los rincones del planeta. El precio está en U$25, y los descuentos a aplicar están destinados a estudiantes, mayores, o residentes de la ciudad.

Después del MET, se puede recorrer el Upper East Side (el barrio en donde está el MET) y callejeando sus calles, se puede llegar hasta el edificio de las Naciones Unidas. En caso de tener fuerza, valdría la pena hacer reserva online de las rutas guiadas del edificio (no se puede hacer por libre, y no se puede entrar con camiseta de tirantes). El precio también ronda los U$25.

Dependiendo del tiempo utilizado, y si no se decide entrar a las Naciones Unidas, se puede ir caminando hasta el Rockefeller center, y justo al lado se tiene el Top of the Rock, uno de los tantos rascacielos de Nueva York. Aconsejo realmente subir a este edificio, en lugar de subir al Empire State, ya que desde el Top of the Rock, se puede apreciar la ciudad, y además, se puede ver el Empire State justo en frente. Las entradas para el Top of the Rock están dentro del Rockefeller Center.

Al frente del Rockefeller Center, está la Catedral de St. Patrick , que, como tantos edificios y monumentos de la ciudad, la tenemos vista en más de una película.

dia 2

Para intentar abreviar la visita a Nueva York, decidí hacer un Walking Tour (Jerry’s Walking Tour) que era promocionado por el hostel. Debo decir que, pese a que fue muy regular, pude abarcar la zonas turísticas necesarias; eso sí, gastando un tiempo innecesario.

El tour comenzó en el sector de Brooklyn Heights (parada de metro Court Street), desde donde pudimos recorrer sus calles, y su pintoresca arquitectura. Desde allí llegamos hasta el puente de Brooklyn (preferiblemente recorrerlo entre semana, ya que los findes está abarrotado). El recorrido del puente toma de 45 a 60 minutos, dependiendo del tráfico humano y de bicicletas.

Al final del puente, se pueden visitar varios puntos turísticos como por ejemplo, el Ayuntamiento.

A pocas calles se encuentra el World Trade Center y el 9/11 Memorial.

Siguiendo por Liberty street y bajando por Broadway, se llega hasta uno de los símbolos más famosos de Wall Street: the charging bull. Lo fui a ver dos veces en diferentes días y siempre estaba igual: rodeado de gente haciéndose fotos con él.

Perpendicular a Broadway, se encuentra Wall Street (sobran las palabras), justo en donde se encuentra el New York Stock Exchange y el Federal Hall, edificio que sirvió como base de gobierno a los Estados Unidos en sus inicios, antes de pasar a Washington.

Continuando el recorrido hasta el extremo de la isla, llegamos a la Whitehall Terminal, desde donde salen los ferrys gratuitos hasta Staten Island; la intención de este recorrido no es más que pasar delante de la Estatua de la Libertad y poderla admirar.

https://www.flickr.com/photos/kiketapia/43834742985/

Desde Staten Island sencillamente se debe salir del ferry y esperar el siguiente de vuelta a Manhattan. Si este recorrido se hace al atardecer, se puede disfrutar de unas preciosas vistas de la ciudad.

Al llegar de nuevo a Whitehall Terminal, se puede optar por regresar al hotel, o por continuar caminando de nuevo por Manhattan en el sector de la Tribeca para finalizar la noche.

dia 3

El hostel en el que me encontraba estaba cerca de Harlem, así que recorrer este barrio era obligado.

Para la ruta de Harlem, debo dar las gracias a este blog que con su mapa me sirvió para seguir una excelente ruta, especialmente por el descubrimiento de la pastelería Levine, ¡es totalmente imprescindible!

Para hacer el recorrido de Harlem, lo mejor es hacerlo un domingo, así se puede aprovechar para entrar y disfrutar de una misa gospel, para aquellos amantes de este ritual.

Si se sigue el mapa que os he dejado, la ruta acaba en Central Park, a la altura de la avenida Central Park N.

Desde  Central Park, se puede hacer una incursión en East Harlem (hay que hacer un camino de regreso), más conocido como “el barrio”, un sector popular, en donde la población puertorriqueña y latina lleva asentada desde principios del siglo XX.

En mi caso, tuve que acabar el recorrido aquí, debido al mal tiempo (fui en verano, pero debido al huracán Florence, las lluvias llegaron de un dia para otro y no llevaba la vestimenta adecuada).

dia 4


Siendo mi último día, decidí tomármelo con mucha calma, recorriendo primero la zona de Times Square y Hell’s Kitchen (tenía que pasar por este barrio, para conocer el sector de actuación de Daredevil).

https://www.flickr.com/photos/kiketapia/44743449271/

Siguiendo hasta el sur, mi objetivo era llegar hasta Chinatown, para ello hice un recorrido por el sector de Chelsea y Flatiron District (aquí es de visita obligada el Flatiron Building).

Continuando por la 5th Avenue se llega al Soho, y desde el Union Square Park, se puede seguir por Broadway (una avenida cargada de vida) hasta Canal St., desde donde se puede comenzar a explorar el sector de Chinatown.

Otra opción de ruta es desde Hell’s Kitchen, tomar dirección norte, buscando el Columbus Circle, y visitando Central Park. Éste último es gigante, así que si hay algo en particular que se desee visitar, estaría bien hacerse con un mapa del mismo.

Yo fui subiendo paralelamente por la Central Park West, hasta llegar al Edificio Dakota (antigua vivienda de John Lennon), y justo al frente, dentro del parque, visité el mosaico Imagine.

Unas cuantas calles más al norte, nos encontramos con el Museo de Historia Natural, en donde podemos considerar como finalizada la ruta. Como nota informativa, en este museo sí que el precio es voluntario (te ponen un precio de U$25 “sugerido”).

Nueva York es una ciudad tan amplia, no sólo en distancia sino en entretenimiento, que por momentos se puede padecer de FOMO “fear of missing out”; aún así, es mejor relajarse, y apreciar al ritmo de cada uno esta ciudad, que de verdad, vale la pena visitar.

https://www.flickr.com/photos/kiketapia/42933468530/