Mi aventura china (al menos en Beijing) ha tocado su fin. Parece que fue ayer cuando estaba escribiendo el post para obtener el visado de estudiante; hoy ya estoy escribiendo el post para cerrar el ciclo Beijing (o Pekín, que es la forma correcta, pero digamos que es mi capricho personal escribirlo de la otra manera).
Han pasado muchas cosas, y hoy escribo acerca de esos detalles internacionales (no sólo chinos) que como viajero, te encanta descubrir y ver que somos diferentes, pero tan iguales al mismo tiempo.
Puedo decir que Beijing me ha marcado por:
-La forma de sentarse de los chinos: en la universidad, en la calle, en los centros comerciales… siempre se encuentra a un oriental en posición de cuclillas, como si estuviesen “haciendo sus necesidades”. La explicación es fácil, y es que ya desde pequeños están acostumbrados a los retretes que están en el suelo, vamos, que no es la taza o retrete occidental. Esa posición, a decir verdad, la encuentro más higiénica, y mas saludable (al menos eso dicen), pero no me acabo de acostumbrar (aparte que me caigo al intentarla hacer durante mucho tiempo).
-La amabilidad de los chinos: son un trozo de pan, al menos en Beijing; cada uno con su carácter, pero en general, todos me trataron muy bien. Me sentía en casa constantemente (y no sólo por mi cara de medio chino), sino porque me facilitaban el día a día (otra cosa era el personal de la universidad, pero creo que eran de otra especie). Los amigos chinos que conocí en la universidad se portaron muy bien, y con la gente en la calle en general fue siempre un placer. Realmente sorprendido para bien.
-El tema “face”, cara o 脸 (lian): básicamente la “cara” es el honor para los chinos, y por ello siempre intentan dejarte contento (cosa que no se nota en las tiendas, por cierto).
Hay una necesidad china de siempre quedar bien, o de mostrar lo mejor de sí, aunque sea aparentando. No sé si este concepto aplicaría en las discotecas, con el exceso de bebida y de fruta en las mesas, pero creo que también está relacionado con el hecho de “aparentar”.
-Las parejas de novios: ver al novio cargándole el bolso, el paraguas abierto a la chica mientras transitan por la calle, o incluso peinándola en un lugar público, es algo que realmente desconcierta. Personalmente no estoy acostumbrado a ver esa “devoción” hacia la pareja, especialmente cuando en occidente todo tiende a ser repartido por partes iguales.
-El tráfico: qué puedo añadir. Motocicletas en contravía, semáforos en rojo que son irrespetados constantemente, y la sensación continua de estar en una película de Indiana Jones al intentar cruzar una avenida. Si en Beijing es algo común, en una ciudad “pequeña” como Changsha es bastante acentuado.
¿Perdón, Changsha? Pues sí, es la aventura que estoy comenzado ahora, pero que dará para otro nuevo post.
¿Qué otras características chinas o de Beijing creen que se deberían mencionar?