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Aventura 1: Fuerteventura

Siempre se dice que acabas conociendo más el extranjero que la propia tierra en donde vives, y es verdad. En mi caso tengo muchas asignaturas pendientes con España, y tenía que empezar con las islas Hawaii de Europa: Canarias.

Las Islas Canarias están compuestas por siete islas, y se requiere tiempo para visitarlas todas. He decidido escaparme y comenzar con dos: Lanzarote y Fuerteventura.

Es relativamente sencillo visitar estas dos islas en un solo viaje, debido a su cercanía. Yo decidí tomar un vuelo desde Barcelona a Lanzarote, y “pasar” a Fuerteventura en ferry.

Fuerteventura:

Para llegar a Fuerteventura desde Lanzarote es relativamente fácil: al llegar al aeropuerto se busca la parada de autobuses que llevan a Playa Blanca, que está al sur de la isla. El tiquete cuesta 3 euros (aprox), y tarda 45 minutos, más o menos.

Al llegar a la estación de guaguas de Playa Blanca, hay que caminar unos 10 minutos hasta el puerto, se ve clarísimo el muelle desde donde parten los ferrys hacia Fuerteventura. Hay varias líneas que cubren el trayecto, así que es cuestión de preguntar en las diferentes taquillas cuál es el próximo en salir (el precio es de 25 euros por trayecto). Al llegar a Corralejo (el puerte de destino en Fuerteventura), se tiene una parada de autobús, dependiendo al pueblo al que se quiera ir.

Como mi hostal estaba en Corralejo, fue cuestión de ir caminando unas cuantas calles.

Dia 1 – Isla de Lobos:

Me encontré con una pareja de austriacos en el hostel, Chris y Suzie, con los que hice muy buenas migas, así que con ellos me fui a la Isla de Lobos.

Desde Corralejo salen los ferrys hacia la Isla de Lobos (hay muchas opciones), pero siempre el precio está alrededor de 15 euros (ida y vuelta).

Yendo temprano, se puede recorrer la isla caminando sin ningún problema. Hace falta llevar agua y frutas para comer, pero aparte de eso, es una isla bastante amigable. Recomiendo subir primero a la Montaña de la Caldera, continuar hasta el faro de Martiño (que queda en la otra punta), y regresar por el otro camino (hay dos) hasta el Puertito y las Lagunillas (indispensable bañarse en las Lagunillas).

Nota: hace falta utilizar un buen bloqueador solar.

Dia 2 – Las dunas:

Para llegar a las dunas se necesita, o ir en bus (el que va a Puerto del Rosario), o ir en coche. En mi caso, y gracias a que Chris tenía coche de alquiler, llegamos con bastante facilidad a las dunas.

Visitar esta parte del Parque Natural de Corralejo es un “must”; si habéis estado en Marruecos, en las dunas de Merzouga, encontraréis este paisaje muy familiar: dunas, calor, arena fina, y la sensación de que estás en medio de la nada. La diferencia está en que puedes ver el mar justo al lado, dando un contraste particular al paisaje.

https://www.flickr.com/photos/kiketapia/35608145334/in/dateposted-public/

La playa que está al lado no es apta para el baño, pero está llena de surfistas gracias a las olas que se prestan para ello.

De aquí, decidimos ir a Puerto del Rosario, dar una vuelta por allí, y regresar a Corralejo.

Esta vez, y pese al cansancio, decidimos salir un poco por Corralejo (es en donde la “fiesta” es más intensa). Debo decir, que Corralejo es un pueblo lleno de locales para turistas, con “guiris” a rebosar, pero que buscando y conociendo a la gente, puedes encontrar sitios con encanto. El pueblo está habitado en gran parte por italianos, lo que hace fácil el encuentro de muy buenos restaurantes, panaderías y heladerías italianas. Si decidís salir de copas, sólo necesitáis dos nombres: el Waikiki y el Banana; ahí os lo dejo.

Dia 3 – El Cotillo:

Suzie se puso enferma, así que tuve que irme solo (como es habitual) a El Cotillo. Me habían recomendado bastante este pueblo, así que lo tenía que visitar sí o sí. El bus que va a El Cotillo NO sale desde la estación de guaguas del puerto, sino que sale desde la parada de autobús que está justo al lado del centro de salud, en la Avenida Juan Carlos I (este dato no es tan fácil de encontrar por internet), y sale un bus cada hora.

El Cotillo es un pueblo pesquero, pequeño y muy local. Tiene un pequeño fuerte que se puede visitar, y allí hay unas cuantas tiendas desde donde se pueden contratar diferentes actividades lúdicas (acuáticas y terrestres, como recorrer la zona en quad).

https://www.flickr.com/photos/kiketapia/36260774992/in/dateposted-public/

Desde El Cotillo hasta el Museo de Pesca Tradicional hay de 30 a 45 minutos más o menos caminando (se puede seguir la carretera o acortar camino por el “desierto” que hay al lado de la playa); es un antiguo faro, y alrededor hay diferentes playas de arena y piedra, que valen la pena gracias a sus aguas cristalinas y a los restos geológicos que albergan.

El bus hacia Corralejo sale desde la misma estació de guaguas de El Cotillo (no hay muy buena información allí, pero el bus hace su parada allí).

Dia 4 – Camino a Lanzarote:

Hora de hacer check-out, de las despedidas (que no me gustan nada), y de tomar el ferry desde el puerto hasta Playa Blanca.

4 cosas que debes saber sobre el regateo

Odio regatear. Así de claro comienzo este post. Odio estar media hora batallando para intentar que no me timen con el precio de las cosas, y que además seguramente sea un precio que es más elevado que el precio que se consideraría justo.

He vivido este karma en Marruecos, en China y en Colombia, y pese a que es una costumbre bastante común, prefiero ir a un gran almacén y pagar un precio fijo, en lugar de perder el tiempo en la calle esgrimiendo razones y jugando al negociador.

En Colombia tuve mi primera experiencia con el regateo (bueno, de hecho fue mi madre la que enseñó desde la práctica), siempre bajando el precio y haciéndose la desinteresada. En Marrakech fui timado más de una vez, al caer como un principiante con la técnica de la bolsa de plástico (cuando el vendedor te va fijando el precio mientras te prepara los objetos para llevar), y también por mi impaciencia.

Estando en Beijing y Shanghai, tuve que pasar de nuevo por esta penuria, pero esa vez ya fui algo más preparado (especialmente con tiempo) y dispuesto a no dejarme timar tan fácilmente. Puede que no haya sacado los mejores precios, pero no pagué 200 kuais por un objeto de 20 kuais.

Algunos puntos clave en el regateo serían:

1- Paciencia:

No se puede ir con prisas a la hora del regateo. Necesitas tiempo para saber poder hacerte una idea del valor de las cosas, y sobre todo para poder estar “dale que te pego” durante media, tres cuartos, una hora, con el vendedor.

2- Saber el precio de las cosas:

¿Cuánto cuesta un souvenir X o una pintura Y? Muchas veces no lo sabes porque son objetos que ves por primera vez cuando estás en los mercadillos. Solución: preguntar en diferentes sitios y hacer la rebaja extrema (lo explico en el siguiente punto) para hacerte una idea del precio y poder establecer un objetivo.

https://www.flickr.com/photos/kiketapia/29498496312/in/album-72157673629089156/

3- Rebajar el precio al máximo:

En países como China, el precio a rebajar es casi el 10% o 20% del precio que te piden al principio. En muchos sitios te echan a patadas directamente (seguramente porque te estás pasando) pero cuando ya tienes un precio objetivo, te comenzarán a rebatir, y es allí donde comienza el juego. Recuerdo que en Beijing, en uno de los puestos me pedían por una estatua miserable 200 kuais. Yo lo bajé directamente a 20 kuais. Entre mucho tire y afloje se quedó en 30 kuais. ¡Son 170 kuais de diferencia! (23€ al cambio).

4- Amable en las formas, rígido en el fondo:

A mí me fue peor cuando iba de “chulo” con una cara de pocos amigos; en cambio, cuando iba relajado, amable, pero seguro de lo que hacía, generalmente acababa sacando un “buen” precio.

En Marrakech, un amigo nos dijo: “si el vendedor no queda contento, es que has sacado un buen precio; si el vendedor queda feliz, has perdido”. Este mantra se me quedó grabado “a fuego”, y cuando voy a alguno de estos sitios intento conseguirlo, eso sí, como dije antes, lo que menos busco es ir a un mercadillo a regatear (prefiero ir a un almacén de cadena y pagar un poco más pero seguro de lo que me está costando).

Y vosotros, ¿tenéis experiencia con el tema del regateo?