Chengde: escapada cultural a un paso de Beijing

Quedando ya pocos días para regresar a Barcelona, y con algo de tiempo libre, estábamos buscando alguna opción económica y cercana para viajar.

Buscando básicamente en el mapa, encontramos que Chengde era una opción muy práctica, y relativamente económica para visitar. Siendo el antiguo campamento de verano durante la dinastía Qing, Chengde es una ciudad pequeña, en comparación a Tianjin, por ejemplo, pero tiene como atractivo principal, el Palacio o Villa de Verano de Chengde.

Para llegar a Chengde, se compran los tiquetes en la estación de tren (llevando el pasaporte siempre), y el precio, ida y vuelta, sale por 100 kuais. Como éramos tres, reservamos un apartamento, cuya noche nos costó 380 kuais. La comida, como siempre, dependiendo del restaurante, oscila entre 60 y 120 kuais en total (para tres).

Al llegar a la estación, lo más práctico es tomar un taxi. Allí en la estación, conviene regatear el precio, ya que desde ese punto no suelen usar el taxímetro. Nuestro apartamento estaba un poco alejado, así que nos costó 30 kuais. Si el hotel está en el centro, recomiendo regatear para conseguir un precio de entre 15 y 20 kuais, exagerando.

Nosotros visitamos el Templo Puning y el Palacio de Verano. La entrada al primero costó 80 kuais y el del parque nos costó 120 kuais (no nos sirvió nuestro carnet de estudiante en ninguno de los sitios).

Siendo una visita de dos días, recomiendo dejar el parque para el segundo, yendo allí temprano, y así poder visitarlo con calma, ya que es bastante grande.

Si después de la visita, aún queda algo de tiempo, la visita a los diferentes centros comerciales especializados en telefonía puede ser interesante, si se sabe comprar este tipo de artículos (no es mi caso, ya que no distingo las copias de los originales); igual se puede conseguir alguna ganga con algún smartphone en especial.

¿Alguien más ha tenido alguna experiencia en Chengde?

Beca Hanban (Instituto Confucio): una alternativa para vivir en China

Para muchos de nosotros, vivir en el extranjero es una de las mayores fuentes de riqueza personal que existen. Te permite abrir la mente a otras culturas y a otras formas de hacer y proceder; una de las llaves que te permiten conocer más fácilmente la cultura de un país una vez estando allí, es el idioma.

Cuando empecé a estudiar chino, lo hice con objetivos laborales: si hablas chino e inglés, ya tienes mucho terreno cubierto. Otros idiomas son un plus; sin embargo, éstos dos son actualmente indispensables, si quieres moverte laboralmente en determinadas esferas.

Ya han pasado unos cuantos años de ese primer momento en que formalicé la matrícula en el Instituto Confucio de Barcelona. Entre pitos y flautas participé junto a mis compañeros en el concurso del Puente a China (algunos de ellos estuvieron en China representando a España), y ahora mismo, estoy preparando maletas para pasar una temporada en Beijing gracias a la beca Hanban.

Los trámites no fueron muy complicados, y la respuesta más o menos rápida. Ha sido la excusa perfecta para comenzar una nueva aventura y salir de la zona de confort. Además, la beca cubre todos los gastos (excepto el tiquete de vuelo y el visado); realmente el paquete está bastante bien.

China es un misterio para mí: he leído tantas opiniones y todas tan diferentes, que muero por ir sólo para hacerme una idea de lo que en la nueva potencia mundial se cuece.

Iré contando mis diferentes aventuras y desventuras cuando esté allí. Como muchos saben, el mundo online también es bastante diferente, pero creo que pagando (como casi todo en esta vida) se puede sobrevivir.