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Barcelona en bares (parte 2)

Existe otra ruta alternativa por el raval/gótico menos extensa que la primera, pero que no deja de ser interesante por ser igual de variada.

Comenzamos la noche en el Raval, en el Manchester, un bar de tipo indie-alternativo, el cual pese a ser pequeño, es bastante concurrido. Si se quiere coger sitio, mejor ir temprano (abre a las 19h). Siguiendo por esa misma calle, llegamos al 33–45, un bar-galería que destaca por ser bastante cómodo y acogedor. Actualmente también realiza exposiciones temporales, lo que le da un toque “chic”. Girando a mano izquierda se tiene un Big J’s Burger una hamburguesería con ambientación típica norteamericana, con unos platos que no están nada mal (para evitar la resaca al otro día, y soportar el alcohol, no hay nada mejor que una comida rica en grasas).

Seguimos en el barrio, bajando la Rambla del Raval, en donde en la calle Tàpies nos encontramos con el toque heavy de la noche: el Hell Awaits. Este bar los fines de semana siempre tiene público, y destaca no sólo por sus precios económicos, sino también por un gran Eddie the Head en la entrada. También tiene futbolines y suelen complacer con las peticiones musicales. Para hacer la última copa antes de ir a la discoteca (opcional), tenemos en Nou de la Rambla el bar Cosmo, un peligro para el hígado debido a los bajos precios. Las copas suelen estar bastante cargadas y algunos precios son ridículos. Suele ser frecuentado por turistas, por ello no es apto para personas sensibles a los gritos y a las borracheras de adolescentes. Finalmente tenemos la sala Apolo para finalizar la noche.

Después del Apolo existe un “extra”: si por alguna razón el DJ no ha pinchado lo esperado, o sencillamente se quiere cambiar de aire, el Kentucky es un viejo aliado. Es un bar bastante particular, calificado desde antro, hasta “lugar con historia”. Teóricamente cierra a las 2h30 pero al ver la persiana cerrada después de esa hora, generalmente la suelen abrir y se continúa la fiesta adentro. Muy pintoresco, el cual merece una visita (eso sí, se recomienda tener ese “puntillo” de alcohol que te permite obviar situaciones que en sano juicio no se suele soportar).